Qué mejor que la vuelta de un jugador para cortar una mala racha, es una doble victoria. Eran ya cuatro derrotas seguidas para los Mavericks,
pero el 'rally' se acabó en su propia casa, en el American Airlines
Center, precisamente ante el equipo que marca el corte para entrar entre
los ocho primeros en la Conferencia Oeste: los Clippers.
El equipo de Rivers es aguerrido y no da su brazo a torcer fácilmente,
pero los Mavs supieron aguantar hasta que llegó su momento. Ganaron 106-98.
El partido suponía el regreso de Dennis Smith a la dinámica de equipo.
Su "enfermedad" escondía las verdaderas razones de su ausencia, un
distanciamiento con el entrenador y los directivos por su posición en la
plantilla tras la llegada de Luka Doncic y por lo que con él puede o no
aportar. Empezó el partido como una moto, ya que fue el que con
acciones veloces mantuvo a raya como pudo a unos angelinos que tomaban
ventajas fáciles con sus tiros exteriores. Los Mavericks
empezaron con 15 de sus 16 puntos desde la pintura, una tendencia que
les hacía vulnerables ante el acierto en el perímetro de sus rivales. Los
porcentajes bajaron en el segundo periodo gracias a que los de Carlisle
bajaron el culo, como se suele decir, y se activaron para defender la
línea de tres. Nowitzki maravillaba de nuevo sólo con tocar el balón dos o tres veces y el partido se igualaba.
Bradley hacía daño en ambos lados, como suele ser habitual, pero los locales comenzaron a coger el mando del partido sin que le quemara en las manos. Doncic
empezó a ver campo y a abrirlo, Barnes comenzó a acertar y los texanos
cogían poca pero suficiente distancia para verse bien.
Veo que has hecho poca cosa, acabarás convertido en rana, tú ya sabes.
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